Algunos bebés son muy nerviosos y lloran durante la noche o se muestran inquietos durante el día. Son niños muy activos que incluso durante el sueño se agitan y se mueven. Para calmarlos algunos padres recurren a métodos de lo más variopinto, desde acunarlos durante horas hasta pasearlos en coche para lograr que se duerman. Pero vale la pena probar métodos un poco más sencillos.
La aromaterapia nos dice que hay ciertos olores capaces de relajar a las personas y especialmente a los bebés. La lavanda, por ejemplo, se utiliza en muchos jabones para niños porque ayuda a que duerman mejor por la noche. Pero también otras plantas como la manzanilla funcionan y no solo bebiéndola, también el olor es terapéutico.
Los peluches también ayudan a que el bebé se relaje. Deben de ser muy suaves e importa más el tacto de los mismos que su forma, la cual suele llamar más la atención de los padres que de los mismos niños.
¿Por qué no aunar los efectos beneficiosos de los peluches y de la aromaterapia? Además puedes hacerlo en tu propia casa de una manera muy sencilla.
Peluches de fieltro y aromas
El primer paso es buscar algún tutorial en Internet para realizar un peluche de fieltro sencillo para el bebé. Cuando tengas el diseño acude a tiendas de fieltro en Madrid para comprar los materiales que necesitas. Quizás allí mismo puedas comprar también el relleno para los peluches, pero si no es así, en cualquier tienda especializada en cojines lo tendrás.
El segundo paso es acudir a una herboristería y comprar manzanilla y lavanda. La manzanilla puedes conseguirla natural pero para la lavanda puedes recurrir a los aceites esenciales. Con esto ya tendrás todo lo que necesitas para tus peluches terapéuticos.
Realiza el muñeco siguiendo las instrucciones y al colocar el relleno pon en el interior un poco de manzanilla o añade unas gotas de aceite de lavanda. Cuando el bebé tome el peluche en sus brazos percibirá el aroma y ser relajará mucho más rápido que solo con el muñeco.
Cada cierto tiempo o tras cada lavado en la lavadora puedes añadir al peluche unas gotas de aceite de lavanda o aceite esencial de manzanilla para que mantenga su efecto. El aceite esencial de jazmín y el de sándalo también pueden funcionar. Puedes probar diferentes alternativas hasta encontrar aquella que le gusta más al niño.