El ginseng es uno de los complementos alimenticios más beneficiosos para la salud en momentos de estrés y en los que necesitemos mantener al máximo nuestra capacidad de concentración.
Esta planta, procedente de la medicina tradicional china, puede consumirse en forma de infusiones, comprimidos o ampollas. Si bien la forma más habitual es la primera, las ampollas son las que más rápidamente activan las numerosas propiedades de la planta, al encontrarse más concentrados sus principios activos.
El ginseng es rico en ácidos, betacarotenos, fitoesteroles, minerales – calcio, hierro y fósforo, entre otros –, fibra y vitaminas de los grupos B y C. Esta composición la dota de numerosas propiedades beneficiosas para diferentes situaciones en las que el cuerpo necesita un aporte extraordinario de vitalidad.
Por ejemplo, es muy útil para combatir el cansancio, ya que tiene una función estimulante. A pesar de esto, también puede resultar útil para combatir el insomnio, aunque pueda resultar paradójico, ya que su composición impide que se produzca la incómoda sobreexcitación asociada a otros estimulantes. Del mismo modo, su capacidad para prevenir la sobreexcitación puede resultar muy beneficiosa en casos de estrés.
Además, el ginseng mejora la circulación sanguínea y promueve la formación de glóbulos blancos, algo que puede reforzar el sistema inmunitario. Todas estas propiedades hacen que comprar ginseng y disponer de él en casa sea una excelente idea, ya que se trata de un aliado ideal tanto para aquellos que llevan un estilo de vida muy estresante como para los que pasan por un momento de inestabilidad temporal.
Estos mismos beneficios también puede resultar útiles para perder peso, ya que te ayudarán a rebajar los niveles de ansiedad si estás haciendo dieta. Otros complementos alimenticios, como la jalea real o la vitamina C, combinados con el ginseng pueden maximizar sus efectos beneficiosos.